domingo, 5 de marzo de 2017

LA DES ORGANIZACIÓN COMO NORMA

   Esos camiones chinos, comprados para la Guardia Nacional, de color verde militar, llenos de soldados fuertemente armados, que ostentan la frase de seguridad u orden público, perdón, orden interno, son parte del paisaje cotidiano de nuestras ciudades. ¿Nos sentimos mas seguros? Para nada. Muy por el contrario, nos persignamos sin saber si estamos amenazados por un ejercito de ocupación. Estamos sitiados por un ejercito como si fuera una ocupación que para sorpresa nuestra es el nuestro y debería estar a nuestro servicio.
   Pues estos militares ante una cola inmensa por la falta de semáforos en las inmediaciones del mercado municipal de Cumaná, la de quinientos años, se bajaron para ordenar el tráfico, un caos de proporciones mayúsculas por la confluencia de cuatro vías en las inmediaciones del corazón del abastecimiento de la ciudad. Con una alegría poco usual de parte mía al ver un militar veo, con sorpresa, dos soldados fuertemente armados ordenando el caos en una de las avenidas y dos mas en la otra. Un superior dando órdenes a estos y una suerte de coherencia pocas veces vista en esta revolución se hizo presente.
   Para sorpresa mía, el beneficio de la duda, no duró mucho. Pasó el camión, se montaron los soldados en él y se fueron...y el caos continúo su transcurrir de fatalidad. Es decir no había necesidad de solucionar un problema a los simples civiles, el problema era pasar en el menor tiempo posible y que cada quien resuelva su peo como mejor pueda. Creí que ellos eran la Ley, creí que las armas no eran para intimidar, creí que vivíamos en una democracia occidental con todas las de la ley.
   ¡Otra ilusión mas en la comarca!

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