viernes, 28 de noviembre de 2014

Ayer 27 de noviembre de 2014 en pleno festejo del gobierno revolucionario por los 499 años de la ciudad de Cumaná la luz se fue en tres oportunidades.
No sé si el apagón se dió donde estaban las autoridades o por el contrario para que a ellos no se les fuera la luz, los demás, o sea nosotros los ciudadanos, teníamos que sacrificarnos otra vez.
La pintura no corrige desperfectos lo más que puede hacer es disimularlos.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

LOGOTIPO DE 5 CENTURIAS

En este viaje que terminó hace quinientos años seguimos transitándolo desde hace 500 años. Un punto de inflexión de una línea del tiempo que nos ha costado construir.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Hoy, apuraditos, están terminado de pintar las fachadas del casco histórico de Cumaná. De manera improvisada y oportunista quieren presentar algo en los 499 años de la ciudad, lo cual no es malo en si mismo sino que los desnuda en cuanto a su falta de planificación, coherencia y sentido del momento histórico que vivimos. Otra oportunidad perdida.

sábado, 22 de noviembre de 2014


Hace pocos días salio en un medio digital la información que la Habana, Cuba, festeja sus 495 años de fundada preparándose desde ya para los 500 años. El artículo dice: " Buscando una imagen turística a su centenario puerto, punto de salida de las flotas con riquezas del Nuevo Mundo hacia España, La Habana festeja sus 495 años de su fundación, adelantándose al día en que la rada deje de ser comercial.
“Vamos a celebrar el 495 aniversario de la ciudad mirando al mar y ojalá los 500 años podamos celebrarlos con una gran fiesta en la Bahía”, dijo a la prensa el arquitecto Orlando Inclán, refiriéndose a la"MAGNITUD" (comillas y mayúsculas nuestras) de las obras de construcción que se ejecutan en la zona del puerto de La Habana.
Inclán es uno de los responsables del “Proyecto de Reanimación de la Avenida del Puerto”, considerado el más "AMBICIOSO" de los que ha emprendido el historiador de La Habana, Eusebio Leal, desde que fue designado en 1981 al frente de la restauración y conservación de la ciudad.
Ese plan, que incluye la reconstrucción de inmuebles y la instalación de nuevas redes eléctricas, hidráulicas, de gas y comunicación, todas soterradas, forma parte de la transformación del puerto, que durante cinco siglos centró el tráfico de mercancías en La Habana, tarea que asumirá en un futuro cercano el megapuerto de Mariel, 45 km al oeste de la capital.
Además de su costa a La Habana Vieja, la Bahía de la Habana de 5,2 km cuadrados de espejo de agua y una profundidad media de nueve metros, tiene en sus orillas los castillos coloniales del Morro, la Cabaña y la Punta, así como los barrios de Casablanca y Regla.
Desde 1998 otras oficinas del gobierno comenzaron un programa de descontaminación de la ensenada, que va recobrando poco a poco sus especies marinas y la visita de gaviotas y otras aves.
Considerada una de las zonas más bellas del centro histórico de la capital, de 2,2km cuadrados y Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1982, la avenida bordea una parte de la Bahía de La Habana, que quedará reservada para cruceros."
- Una “caminata” por la Bahía -
Inclán asegura que una caminata por la Bahía, al compás de la suave brisa del mar, será uno de los mayores atractivos que ofrecerá la ciudad cuando concluya en 2015 la primera etapa de las obras en la Avenida del Puerto.
Entre ellas sobresale la construcción del Paseo Marítimo de Paula, que se levanta frente a la Alameda de Paula, el primer paseo marítimo que tuvo la ciudad, construido en 1777, al que se adicionará un espigón flotante de 156 metros, que penetrará 76 metros hacia el interior de la rada.
“Será el primer paseo marítimo dentro del mar” de La Habana y andar por él “será como caminar por la bahía”, dijo Inclán a la AFP.
Cuatro pasarelas conducirán al espigón, que contará con iluminación, mobiliario urbano y llegará hasta la cervecería belga inaugurada en abril en el antiguo “Almacén de la Madera y el Tabaco” del puerto, según el proyecto.
Fuera de la zona del puerto, la oficina de Leal trabaja en la reparación general del emblemático Capitolio Nacional, inaugurado en 1929, y en un hotel cinco estrellas, que administrará el grupo suizo Kempinski Hotels en la antigua Manzana de Gómez, frente al Parque Central de La Habana.
En el último año, la oficina de Leal entregó una veintena de obras en la Habana Vieja, entre ellas el mítico Sloppy Joe’s bar, frecuentado por estrellas de Hollywood durante la ley seca en Estados Unidos (1920-1933), y el Teatro Martí, una joya arquitectónica cerrada para su restauración desde 1977.
Pero Leal, de 72 años, insiste en que el próximo quinquenio exigirá grandes esfuerzos para continuar la obra que inició hace más de 30 años.
“Hay que dar una oportunidad para que en estos cinco años se haga un esfuerzo valeroso por La Habana contra viento y marea, que no puede ser sólo el de pintar fachadas”, pues “serían sepulcros blanqueados”, dijo Leal a la prensa al abrir el lunes los festejos por el nuevo aniversario de la ciudad. 
Es decir, los cubanos tienen claro la importancia de una fecha como la de los quinientos años de lo que sea, en nuestro caso parece que es todo lo contrario. Citamos el caso cubano porque el poder en Venezuela está postrado venerando la revolución cubana, a Fidel, o a los Castro y ni siquiera toman ejemplo en casos como el que nos interesa de los 500 años de la primogénita del Continente la ciudad de Cumaná. Aquí como dice el arquitecto cubano "...no puede ser sólo el de pintar fachadas" pues "serían sepulcros blanqueados"


martes, 18 de noviembre de 2014

HACIA LOS 500 AÑOS DE CUMANÁ
Rómulo Maldonado


            Todo parece indicar que llegaran los quinientos años de la fundación de Cumaná y nos encontraremos con mucho ruido y pocas nueces. Ya finalizando el 2014  no vemos ningún movimiento que nos haga suponer que comienzan los trabajos de algo. Se oyen rumores, propuestas, propaganda, cifras y más cifras; pero nada en concreto. Una fecha tan importante para la ciudad corre el riesgo de pasar sin pena ni gloria.
            Se dice que se harán los juegos deportivos nacionales, lo cual no dudamos,  para lo cual se remodelará las instalaciones del polideportivo Félix “Lalito” Velásquez. Se dice que todo lo costeará PDVSA. Se dice que harán cinco mil casas. Se dice que editarán unos libros y hasta puede que un premio se entregue; sin embargo todo parece indicar que no hay criterio para conmemorar tan importante fecha.
            Si vemos lo que significó para Londres las olimpiadas, guardando las distancias, podríamos darnos idea de lo que significa eso para una ciudad. Tan sólo el complejo de piscinas costó 360 millones de euros. Hicieron una planificación con tiempo, una presentación a sus pobladores de lo que se va ha hacer, una discusión de lo correcto y necesario y, sobretodo, tuvieron claridad de objetivos en función de lo importante de la fecha. Vayamos a otro sitio, el mundial de futbol de Brasil, no sólo son canchas, es renovar el urbanismo de las ciudades participantes. En cualquier ciudad del mundo una fecha como esta es transcendental, en ello se le va su orgullo e historia. Aquí parece que es al revés. En el año de 1995 cuando se conmemoró los doscientos años del natalicio de Antonio José de Sucre, manifestamos lo mismo. ¿Qué se hizo para la fecha? Lo mismo que estamos viendo para los quinientos años de Cumaná, bastante pintura, mucho protocolo y propaganda por doquier. De todo aquello ¿qué quedó? Una avenida perimetral, que ya existía, asfaltada, en la que sobrevive la plaza de las banderas, un desfile que ya nadie recuerda, con fragatas misilísticas y aviones de combate supersónicos, un polideportivo pintadito y un delfín de cemento como mascota, algún libro de algún poeta y las rayas de un pintor que el único mérito que tiene es haber conocido a Jesús Soto, el insigne artista cinético. ¿Algo nuevo? Nada ¿Algo trascendental? Nada. ¿Autosustentable? Para nada. La misma piscina olímpica que hay desde que se construyó el polideportivo en 1975, en la gestión de Carlos Andrés Pérez, el mismo Museo Ayacucho, del mismo autor, el mismo aeropuerto con algunas mejoras y retoques, del mismo autor, el mismo parque Ayacucho, del mismo autor.
            Y Cumaná tiene necesidades urgentes que pueden significar no sólo obras de transcendencia para la ciudad sino solución a problemas de vieja data. Por ejemplo, es necesario el rescate del casco histórico de la ciudad o el embaulamiento del río Manzanares. Sabemos de proyectos que promueven entre otras cosas que el río Manzanares pueda albergar todo un sistema urbanístico que solucionaría cosas como un centro cultural digno de una capital, un centro de convenciones y área comercial que permitiría una modernización de la ciudad y la verdadera entrada al siglo XXI de la misma.
            Veamos ciudades como París, Londres, Madrid, Praga, Chicago, etc., etc., todas tienen en su río parte del alma de su gentilicio. Siempre, en cualquier lugar del mundo los seres humanos construyeron sus ciudades a la orilla de un río, por una cosa tan sencilla como tener una fuente de agua dulce. En el Nilo floreció el gran Egipto. Sin embargo… ¡Hay Cumaná, quien te viera…y por tus calles pasara! No sólo se le ha dado la espalda al corazón de su génesis sino que no se lo recuerda y, lo peor, no se lo toma en cuenta.
            Del casco histórico ya se ha hablado hasta la saciedad, del Castillo San Antonio de la Eminencia sabemos las “gracias” que le han hecho, de las obras de infraestructura tan esperadas ni que se diga, de la Ciudad Marina sólo queda el recuerdo y una maqueta. Ni siquiera la biblioteca de la Universidad de Oriente (UDO) con más de treinta años en construcción. De la autopista ni que se diga. Del centro cultural de la ciudad nada, del centro de convenciones nada, de conglomerados industriales nada, de espacios públicos nada y, lo peor, de participación del ciudadano, nada.
            Ante esta situación queremos, sólo como ejercicio mental, proponer un tema posible que si tendría sentido dentro del significado de la fecha. Pero, que para tal fin debemos tener claro algunos puntos: Primero y antes que nada debemos definir y entender qué conmemoramos, es menester entender que la fundación de la ciudad de Cumaná fue realizada por los españoles, esos seres blancos y católicos tan odiados en el presente pero sin los cuales no podríamos definirnos y aceptarnos. Segundo, es una fecha de la ciudad no de una persona, de un grupo, de una tendencia, es de toda la comunidad que hace vida en la ciudad y, tercero, se conmemora la alegría de mantenerse en el tiempo haciendo su historia, creando su particularidad y presentando sus deseos y esperanzas hacia el futuro. Es decir, para conmemorar los quinientos años de la fundación de Cumaná debe entenderse que lo que se haga sea apoyado, aprobado y apreciado por los habitantes de la misma y debe hacerse respondiéndonos las preguntas simples que día a día nos hacemos cuando transitamos nuestra cotidianidad.
            Recuperar el Polideportivo Félix “Lalito” Velásquez no puede ser una acción para semejante fecha, es un normal proceso de mantenimiento y mejoras que debe tener cualquier infraestructura en cualquier ciudad, no es algo extraordinario, alegrarnos por eso es conformarnos con poco, es menospreciarnos y aceptar el desprecio del poder. Nosotros, creemos por el contrario en algo nuevo, que signifique un hito en la estructura urbanística de la ciudad. Proponemos crear el Paseo Río Manzanares, de tal manera que siendo el corazón de la ciudad efectivamente comience a palpitar con un urbanismo que contenga centro cultural, centro de convenciones, paseo turístico y paseo peatonal. No hay que ir muy lejos podemos tomar nota del paseo homónimo río Manzanares de Madrid, España.
            El paseo o intervención arquitectónica realizado en Madrid, que lleva el nombre, obvio, de Madrid Río es una proeza de autopista peatonal inaugurada en abril de 2010 que enterró autopistas, recuperó el tejido urbano de los márgenes del río Manzanares, creó un corredor que une grandes zonas verdes como la Casa de Campo o el parque del Oeste y, finalmente, ha devuelto el río a la ciudad, en un proyecto coral dirigido por el estudio Ginés & Garrido. Fue en el año 2005 que el Ayuntamiento, la Alcaldía para nosotros, convocó un Concurso Internacional de Ideas con el objetivo de obtener propuestas para la ordenación y urbanización de este gran vacío. Se trataba de proyectar un gran parque urbano de 6 km. de longitud y 1.500.000 m² de superficie en ambas márgenes del río. Se hizo de manera abierta y anónima. Con el desarrollo de la propuesta, el río Manzanares se convirtió en el punto de conexión entre ambos entornos, mediante la construcción de un corredor arbolado en su ribera y la implantación de diversos puentes y pasarelas que enlazan transversalmente con los bloques urbanos.
            Si el mismo criterio lo aplicamos a nuestra ciudad, el río Manzanares de Cumaná se transformaría en lo que fue originalmente para nosotros, el corazón y punto de conexión entre los entornos urbanísticos de la ciudad. Recordemos que en Cumaná el río separaba espacialmente las clases sociales generando una clara diferenciación entre los que estaban hacia la iglesia Santa Inés y quienes vivían en los barrios río abajo.
            Una imagen, diría premonitoria, existe hoy con el Museo Ayacucho. Si lo vemos desde la margen del río que ocupaba el antiguo mercado de la ciudad podemos visualizar una estructura imponente, cuya puerta de entrada está clausurada desde siempre pudiendo ser, por el contrario, su entrada principal, teniendo una vista estupenda y, que podría ser espectacular, si contara con la iluminación y ornato idóneo y fuese parte de un complejo de amplio aliento llamado Paseo 500 años. Conectar esta parte de la ciudad con el Parque Guiquerí, modernizando y adaptando su forma en un solo criterio y modelo que garantice su funcionalidad social, urbanística y económica sería el mejor regalo a los cumanesés en los quinientos años de Cumaná.
            Creemos que en la hipotética realización de este paseo el mismo solucionaría varias tareas pendientes de la ciudad. El embaulamiento del río propiamente tal, la construcción de un centro de convenciones hasta ahora inexistente y necesario, el mejoramiento y ampliación del museo Ayacucho, la unión del teatro Luis Mariano Rivera al corredor cultural que debería transformar el parque Ayacucho, el comienzo de una actividad económica turística importante con la implantación de la navegabilidad del río, cafés, paseo peatonal y recreacional y, sobretodo, puente entre la Cumaná comercial y residencial.
            Soñar no cuesta nada dicen los mayores, pero sin sueños la vida es inercia. Soñar es la Acadia prometida, el paraíso ofrecido, el motor que da sentido al ímpetu que todos llevamos dentro.



domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Por qué 5centurias? Porque el 27 de noviembre de 2015 se cumplen 500 años de la fundación de la ciudad de Cumaná; es decir, cinco centurias o cinco  siglos desde que a la desembocadura de un río se comenzó a alzar un poblado a expensas de la corona española. No es que no hubiera pobladores en esta parte del mundo muy por el contrario la población nativa era considerable, lo que es definitorio es que ese momento significó el comienzo de una etapa nueva en la historia de esta parte del planeta, que mas allá de apreciaciones a favor o en contra significó un punto de inflexión en la construcción de nuestro presente, con la creación de un nuevo hombre que es mas fácil definirlo por lo que no es que por lo que es, ni español, ni indio, ni negro sino, como decía aquel político venezolano, todo lo contrario. ¿Un sincretismo utópico? No lo sabemos. 
5 siglos de una población que se presenta como un conglomerado de ciudadanos  orgullosamente identificados con lo qué sentimos como propio, dolientes del pasado histórico de dónde venimos y dolientes del futuro que aspiramos construir.
Es por esto que pensar a nuestra ciudad pasa por sentirla y quererla. Pero sentirla y quererla es saber de sus defectos, de sus virtudes y de sus logros; como también de sus fracasos.
La primera pregunta es ¡Qué están haciendo para los 500 años de Cumaná?
A tan sólo un año de la fecha lo que hay es mucha propaganda, incoherencia y desasosiego en la población, los verdaderos dolientes de ese sentirse cumanés.
Queremos presentar nuestra visión de lo que debe hacerse para la fecha, que sabemos no se hará.

sábado, 15 de noviembre de 2014

A manera de presentación

Es poco lo que se puede hacer para llevar nuestra opinión a la comunidad en una sociedad tutelada por una ideología que pretende la hegemonía comunicacional. Decir algo diferente a la versión oficial es decir algo al espejo. Romper esta rutina de inconformidad silenciosa, llena de miedo, implica una propuesta sincera y franca entre amigos y conocidos dispuestos a proponer temas de conversación o debate. Es decir, dejar de un lado la propaganda, el grito y el insulto para lograr algo que en cualquier lugar es natural, cotidiano y valorado, un debate, primero entre conocidos, después entre conocidos de conocidos, esperando -con fé- que tengamos un peso específico de opinión. 
Este ensayo  en la red es para opinar, sobretodo, de todo.
¿Por qué 5centurias? Porque ya son cinco siglos desde que los conquistadores españoles fundaron esta hoy capital del Estado Sucre y, ante la posibilidad del festejo, es un momento importante para hacer un alto y analizarnos y comprendernos como ciudadanos, como gentilicio y como problema, buscando entender nuestras realidades, expectativas y posibilidades, para definirnos, comprendernos y proyectarnos al futuro en lo que debemos ser. Entender que nuestra ciudad, que no goza precisamente de buena salud y sufre de innumerables males e infinitos deseos postergados, negados o simplemente manipulados, es también nuestro hogar, nuestra construcción, nos pertenece, y por tanto tenemos el derecho a opinar sobre ella y sus circunstancias.